De paseo por el este | Actualidad | elvocero.com

2023-03-23 16:35:48 By : Mr. Guanglin Wang

Por más de 20 años, Blanca Hernández ha deleitado los paladares de los visitantes de Luquillo con su propuesta culinaria. >Melissa Cruz/EL VOCERO

La ruta gastronómica Kioscos de Luquillo incluye 60 establecimientos. >Suministrada

En Luquillo puedes disfrutar de un chapuzón en el río Mameyes >Suministrada

Yadira Vázquez, propietaria de Hacienda Chocolat, ofreció un recorrido por su finca y una degustación de chocolates hechos artesanales que produce. >Melissa Cruz/ EL VOCERO

En busca de conocer actividades para el disfrute familiar que ofrece nuestro terruño, nos fuimos para la región este de Puerto Rico. Y, junto a la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR), llegamos hasta Hacienda Carabalí, en Luquillo.

Nos recibió Alejandro Díaz, director de operaciones, quien nos habló sobre la empresa familiar con 45 años de establecida. El lugar, que originalmente estaba enfocada en la agricultura, hoy se conoce como Carabalí Rainforest Adventure Park y es un parque de aventuras al aire libre que, anualmente, recibe miles de visitantes.

El parque ofrece varias experiencias: El Yunque Hyride, el paseo a caballo en la playa, el paseo a caballo en las faldas de El Yunque, y el paseo a bordo de vehículos todoterreno (ATV o UTV).

Durante nuestra visita, realizamos un emocionante viaje en vehículo todoterreno ATV con duración de dos horas por las faldas del Bosque Nacional El Yunque.

En Luquillo puedes disfrutar de un chapuzón en el río Mameyes >Suministrada

“La ruta del paseo en ATV recorre nuestras 600 hectáreas a través de imponentes árboles, arroyos, colinas y recorre los terrenos de la costa de la selva tropical. En Luquillo suele llover mucho, lo que hace que este tipo de aventura sea más divertida porque permite tener otro tipo de experiencia al atravesar las rutas inestables y enlodadas. Siempre y cuando las condiciones del tiempo no representen un peligro para la vida de las personas, les permitimos disfrutar del río”, explicó Díaz a EL VOCERO.

Para esta excursión hay tres turnos: 9:30 a.m., 12:30 y 2:30 p.m. Es necesario estar minutos antes para hacer el registro y recibir una introducción de seguridad y cómo operar el vehículo. Luego, la verdadera aventura comienza cuando conduces por el bosque tropical, donde seas un chofer experimentado o un novato, tendrás un viaje emocionante.

Eli De Jesús y Harry Montañez fueron los encargados de ofrecernos la información de seguridad —que es lo principal y más importante para disfrutar—, así como de guiarnos a lo largo del trayecto de dos horas. El recorrido tuvo dos paradas, la primera para observar la vista escénica que exhibe el bosque. La segunda, para refrescarnos en las aguas puras y cristalinas del río Mameyes, que proviene directamente del bosque.

Un dato interesante del paseo, específicamente en el área del río es, que además de disfrutar de la vista y la serenidad del lugar, los guías te explican como sacar pintura de las rocas como hacían los taínos para pintar su cuerpo.

“Los taínos usaban achiote, pero también pinturas naturales de procedencia mineral. La obtenían del frotar una roca sobre otra”, explicó De Jesús.

Asimismo, el guía Montañez realizó y enseñó a los visitantes cómo hacer coronas naturales hechas de helechos. Actividad que dio paso a una sesión de fotos en el hermoso entorno natural. Luego del momento relajante, retomamos el camino de regreso y culminamos la visita a la hacienda con una refrescante piña colada en Carabalí Bar & Grill.

Por más de 20 años, Blanca Hernández ha deleitado los paladares de los visitantes de Luquillo con su propuesta culinaria. >Melissa Cruz/EL VOCERO

De la aventura al sabor

Seguido, nos trasladamos a la ruta gastronómica Los Kioskos de Luquillo, que comprende unos 60 establecimientos. Allí disfrutamos de una extensa degustación en varios de los locales de cocina puertorriqueña e internacional en la cercanía de la playa.

La primera parada fue el local #50 de A Fuego Bar & Restaurant. Es un restaurante temático que rinde homenaje a los bomberos caídos en los atentados del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York (9/11). El establecimiento ofrece comida criolla, latina y caribeña. Durante nuestra visita, probamos la Bandeja Paisa y variedad de bebidas refrescantes, a tono con la vista a la costa de Luquillo.

Continuamos hasta el quiosco #52 que tiene por nombre Mi Favorito. Aquí, conocimos a Blanca Hernández, quien por más de 20 años ha deleitado el paladar de turistas y locales con una sabrosa variedad de frituras. Allí, puedes disfrutar de rellenos de papa o de yuca con carne o pollo; pastelillos de jueyes o camarones; empanadillas de pollo o carne; y alcapurrias de masa de yuca, yautía o de guineo, rellenas de jueyes o carne, entre otras. Todas son deliciosas y cuidadosamente elaboradas por Blanca. “Lo hago con mucho amor como cocinar en mi casa, con ingredientes frescos y todo bien hechecito”, compartió Doña Blanca —como cariñosamente le llaman—, al preguntarle sobre el secreto de sus recetas. Sin embargo, la especialidad de la casa es el arroz con salmorejo de jueyes y habichuelas.

Seguido, llegamos hasta La Parrilla Bar & Grill, un restaurante familiar en el local #2 —frente a la playa— donde los frutos del mar son protagonistas. El restaurante cuenta con un Oyster Bar donde sirven variedad de ostras Blue Point y Virginia, así como cóctel de camarones. El menú también incluye langosta, chillo frito, entre otros platos acompañados de majado de viandas, pasta o arroz mamposteao con camarones, setas y guisantes verdes. Algo que no debes dejar de probar es la crema o bisque de langosta. ¡Exquisita!

Pasamos de los manjares del mar a la tierra para disfrutar de una deliciosa variedad de hamburguesas en el quiosco #12. Se trata de El Jefe Burger Shack & Mojito Factory donde podrás seleccionar entre una gran variedad de hamburguesas o ‘sliders’.

La ruta gastronómica Kioscos de Luquillo incluye 60 establecimientos. >Suministrada

El Bori Burger está relleno de chorizo y amarillos, mientras que el Atlantic Burger está relleno de camarones y salsa marinara de la casa. El Firecraker está relleno de jalapeños, y el Shack Nacho Burger está relleno de jalapeño, con ‘toping’ de pico de gallo, aguacate, nachos ‘chips’ y salsa de queso —receta de la casa—, son algunas de sus especialidades.

Por último, hicimos un viaje gastronómico al Perú a través de Ceviche Hut. El restaurante sirve platos típicos peruanos como ceviche, papas a la huancaína, arroz chaufa de pollo o mariscos, entre otros manjares tradicionales.

El restaurante cuenta con más de 15 años y fue establecido por Agustín Rufner Risso, chef de origen peruano, quien falleciera hace ocho años, pero antes de fallecer, su hoy viuda, Amelia Rodríguez decidió mantener vivo su legado a través de sus recetas.

“Un día pasó por estos establecimientos y se dio cuenta de que faltaban algo más. Entonces, decidió tener su propio negocio y hasta el día de hoy”, recordó Rodríguez.

Entre la naturaleza y el chocolate

De Luquillo nos trasladamos hasta la Hacienda Chocolat, en Fajardo. Disfrutamos de un ‘tour’ agroturístico que nos permitió conocer esta finca productora de cacao, que combina la recreación en contacto con la naturaleza, con la oportunidad de conocer y experimentar de primera mano, lo que es la producción de uno de los placeres más aclamados: el chocolate.

“El cacao es una fruta que se origina en zona del Amazona, que es un clima muy parecido a lo que nosotros tenemos en El Yunque. Es cálido y húmedo. Llueve todos los días y el terreno drena muy bien. Pero sobre todo, hay sombra”, explicó Yadira Vázquez, fundadora de la finca —fundada en 2015— que colinda con el Bosque El Yunque.

Durante el recorrido, la empresaria compartió, que además de cacao, la siembra de sus tierras incluye: canela, yuca, yautía, palmas de coco, guineo, plátano, papaya, piña, entre otros. Asimismo, explicó que la finca no utiliza plaguicidas. Tampoco otros fertilizantes que no sean los provenientes de la propia composta de cáscara de cacao, que es alta en potasio, magnesio y tiene buenos componentes para la fruta del árbol.

Como dato curioso, los árboles de cacao pueden crecer hasta 80 pies de alto, aunque Hacienda Chocolat los trata de mantener entre 15 y 20 para facilitar la cosecha. Estos, igualmente, pueden estar productivos por 80 años, pero entre los 20 y 25 años suelen injertarse para aumentar su productividad.

Yadira Vázquez, propietaria de Hacienda Chocolat, ofreció un recorrido por su finca y una degustación de chocolates hechos artesanales que produce. >Melissa Cruz/ EL VOCERO

“Tenemos 10 variedades de cacao escogidas por ser mejores productoras y finas de aroma”, explicó la empresaria sobre la finca que produce 800 libras de cacao seco anualmente.

Sobre el proceso de producción del chocolate, describió que “recogemos cerca de una docena de pailas con la semilla que se mueven hasta Río Grande en unas cajas de fermentación de madera (no tratada) donde se fermenta por seis días con movimiento de masa cada dos días. Lo importante es que, durante la fermentación, se produce alcohol, ácido acético y calor que la semilla absorbe”.

El fruto original del cacao es fresco, dulce y rico, con textura o consistencia similar a la quenepa. La fermentación lo que hace es que desarrolla todos los compuestos necesarios para que se desarrolle el sabor a chocolate.

“Luego de las cajas de fermentación, -donde se seca por entre 7-10 días en el sol, hasta que la humedad baja a 7% o menos- lo pasamos a mesas cuando aún es totalmente húmedo. Entonces, la semilla ya no es blanca sino marrón. Se guarda en contenedores por dos o tres meses antes de empezar a hacer el chocolate. Una vez se saca de ahí, el chocolate se tuesta para realzar todas las notas aromáticas y el sabor de chocolate. El tiempo de espera ayuda a que el cacao siga evolucionando su sabor. El sabor de chocolate depende de cuantos días de fermentado, si se secó bien, si se dejó descansar… es un proceso largo. Porque luego la semilla pasa a una máquina que muele la semilla, para iniciar el proceso de confección de la barra del chocolate”, detalló Vázquez, antes de guiarnos en una degustación de chocolates hechos en la hacienda.

Hacienda Chocolat produce tres tipos distintos de chocolate artesanal: 65% (azúcar orgánica, no lecitina, 55% manteca de cacao), 55% (semilla de cacao, 20% leche en polvo). Estos puedes degustarlos como parte de las distintas experiencias agro turísticas que ofrecen. En nuestro caso, participamos de la Rum & Chocolate Tasting, donde tuvimos la oportunidad de conocer cada uno de ellos en un pareo con ron. ¡No te lo puedes perder!

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